¿Qué aprendimos explorando las políticas públicas para combatir el COVID-19 en Argentina, Taiwán y Vietnam?

11 de Mayo de 2020

¿Cómo disminuir la propagación de COVID-19 en Argentina? Podemos usar lo aprendido en estos tiempos difíciles para ser más resilientes a pandemias en el futuro. Image: Shutterstock

Matías Acosta* - Jefe de Exploración - UNDP AccLab Argentina - @DrMatiasAcosta

¿Cómo podemos disminuir la propagación de COVID-19 en nuestro país? ¿Cómo podemos utilizar la experiencia adquirida durante estos tiempos difíciles para ser más resilientes a pandemias en el futuro? ¿El estado debe tener un rol central o quizás coordinar y escalar soluciones provenientes de distintos sectores/regiones de nuestro país? Son preguntas desafiantes y, mientras estamos inmersos en la pandemia, es súmamente difícil tener respuestas acertadas. Sin embargo, Vietnam y Taiwán ya tenían experiencia en la temática debido al síndrome respiratorio agudo grave (SARS por su cifra en inglés) declarado como pandemia en 2002.

Durante esta pandemia, ambos países desarrollaron protocolos estrictos de control centralizado en el gobierno. A su vez, la ciudadanía tomó conciencia de la problemática con lo cual han combatido la pandemia de manera exitosa al día de la fecha. ¿Qué han hecho estos países esta vez para contener la propagación de COVID-19? ¿Es realmente un camino que debamos seguir o construir uno que represente las características de nuestro país?

Analizar todas las políticas públicas implementadas por Vietnam y Taiwán hasta la fecha es una tarea muy compleja ya que se han desarrollado más de 350 en lo que va del año. Sin embargo, científicos desarrollaron técnicas de análisis de big data para resumir esta información.(La et al., 2020; Wang et al., 2020) Si querés conocer más al respecto, te invitamos a leer un análisis en este link: Comparing public policy (...)

Tanto Taiwán como Vietnam poseen unidades centrales encargadas de implementar protocolos de pandemia de manera eficaz y estricta. En el caso de Taiwán, se trata del Centro Nacional de Comando de Salud, mientras que en el caso de Vietnam, es el Ministerio de Salud junto con un comité directivo nacional creado para tratar el COVID-19. Por otro lado, en Argentina, la estrategia es similar a la de Vietnam ya que Presidencia junto con el Ministerio de Salud coordinan las respuestas en la pandemia. Sin embargo, al ser Argentina un país federal, la coordinación multisectorial es una tarea desafiante y por ende las decisiones a nivel nacional tienen una incidencia menor en la escala municipal cuando se las compara con las decisiones en Taiwán o Vietnam.

Taiwán y Vietnam comenzaron a aplicar medidas e intervenciones preventivas antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia. En particular, se focalizaron en la restricción del transporte hacia/desde las zonas afectadas. Antes de la detección del primer caso, ambos países evaluaron los riesgos, organizaron respuestas de varios actores e informaron al público sobre los riesgos de la crisis. En Argentina, por el contrario, la mayoría de medidas comenzaron una vez que la OMS declaró la pandemia.ref Un aspecto importante a destacar es que el primer caso detectado en Argentina fue el 3 de marzo, en comparación con el 21 de enero en Taiwán y el 23 de enero en Vietnam. Por lo tanto el tiempo de respuesta del gobierno Argentino en la fase previa al primer caso detectado fue tardía en relación a la de Taiwán y Vietnam.

Después de que se detectó el primer caso, Taiwán y Vietnam implementaron sistemas eficaces de acción coordinada en todos los ministerios, centros de emergencia e industrias pertinentes. En el caso de Argentina, está situación está contemplada dentro de los protocolos desarrollados durante la pandemia H1N1 en 2009-2010 y en el nuevo programa de acción para tratar el COVID-19.

A medida que aumentó la propagación y se desarrollaron las intervenciones de COVID-19, Taiwán se centró en gran medida en restringir los viajes hacia/desde el país y en producir equipos médicos y sanitarios para prevenir la propagación interna del virus. Por otro lado, el enfoque principal de Vietnam se basó en la organización de la prestación de servicios de salud, la formación del personal médico y la limitación de la actividad en los espacios públicos. En esta etapa, considerando tiempos relativos al primer caso detectado, Argentina reaccionó con medidas similares y misma velocidad que Taiwán y Vietnam.

A pesar de haber implementado políticas similares, la cantidad de casos COVID-19 tanto en Vietnam como en Taiwán se ha mantenido por debajo de 500 casos, mientras que en Argentina superó los 4000 a la fecha de realización de este blog (28/04/2020).

Existen varias explicaciones que pueden ayudar a entender mejor esta diferencia. En primer lugar, a pesar del marco temporal y enfoque similar de aplicación de las primeras políticas, el tiempo real en el que estas políticas se manifestaron en la población podría no ser el mismo. La Figura 1, creada adaptando los datos de los informes de movilidad comunitaria de Google, muestra que el promedio general de personas que dejó de ir a sus trabajos y pasó a estar más tiempo en sus casas ocurrió luego de 15 a 20 días desde el primer caso de COVID-19 detectado en Argentina. Esto es esperable debido a que la medida de aislamiento social se tomó durante estos días, sin embargo se puede ver que el período de transición en cambios de movibilidad ocurrio de manera gradual.

Figura 1: movilidad de las personas en su hogar y lugar de trabajo. Los datos se adaptaron a partir de los informes de movilidad de Google.

En segundo lugar, las medidas de control de Vietnam y Taiwán han sido muy estrictas. La Figura 2 muestra un ejemplo del rápido ritmo de respuesta de Taiwán en términos de control. En sólo 45 minutos luego de la desaparición de la señal de GPS de un ciudadano, el gobierno ya estaba en contacto con el individuo de manera telefónica. Al no tener respuesta, el gobierno envió a la policía a la casa del individuo, la cual arribó a la misma 50 minutos luego de la desaparición inicial de la señal de su GPS. Este nivel de control no es factible en Argentina debido nuestras características culturales, idiosincrasia y nuestro carácter federal. Sin embargo, el hecho da lugar a un aprendizaje. Tanto la implementación de políticas públicas como de mecanismos de control en protocolos para pandemias debe representar la realidad de cada país. Entonces, es importante reflexionar, ¿cómo podemos hacer uso de la estructura descentralizada de nuestro país para combatir al COVID-19 de manera efectiva?

Figura 2: Ejemplo que muestra el estricto control de las políticas implementadas por el gobierno de Taiwán para combatir el COVID-19.

La estructura descentralizada de Argentina hace complejo el desarrollo de protocolos de acción para pandemias pero, a su vez, puede otorgar oportunidades de innovación tanto provenientes del sector público, como de la sociedad civil. Por ejemplo, se generaron un gran número de iniciativas en el sector público a nivel municipal. Como se puede ver en la plataforma de Gestión Municipal, iniciada por la Red de Innovación Local, se han implementado más de 360 innovaciones locales para combatir el COVID-19 que van desde soluciones en infraestructura a nuevas herramientas de comunicación. Además, la sociedad civil se ha organizado en varios grupos colaborativos de apoyo entre personas como Sesenta o de apoyo a PyMES como Salvemos a las Pymes. A su vez, se han realizado repositorios georeferenciados de innovaciones como Frena la Curva que pueden ayudar a capitalizar el impacto de las innovaciones como promover colaboración.

Las innovaciones de carácter local abren la oportunidad de desarrollar políticas públicas bottom-up. Muchas también han demostrado que es posible escalar las iniciativas para que sean utilizadas más allá de los países donde se originaron, como ha ocurrido con las plataformas de Gestión Municipal y Frena la Curva. El análisis de big data para contrastar en detalle las soluciones innovadoras provenientes del sector público y de la sociedad civil, podría ayudar a complementar esfuerzos y evitar duplicar esfuerzos en un país federal como el que vivimos.

Además, podría ayudar a construir nuevas colaboraciones y un protocolo de acción que cuente con aspectos de innovación local y participación ciudadana que podría ser útil para futuras pandemias en Argentina. Por el momento, seguiremos explorando más temas vinculados a COVID-19 y cómo promover metodologías innovadoras que nos ayuden a combatirlo. ¿Y vos, qué opinás? ¿Colaboramos?

*Matias Acosta - Jefe de Exploración escribió este artículo en colaboración con Matias Nestore miembro de Clúster de Cultura, Política y Justicia Global, Departamento de Educación, Universidad de Cambridge, 184 Hills Road, Cambridge, CB28PQ, United Kingdom