De los índices internacionales a las calles de tierra. ¿Cuáles son los desafíos de la inclusión financiera en las villas?

31 de Marzo de 2020

La gente más pobre paga más caro por los servicios financieros y corre grandes riesgos por acceder a estos en la economía informal. Foto: Martin Kloster para PNUD Argentina.

Lorena Moscovich - Jefa de Experimentación - LabPNUDArg Lorena Moscovich

Carolina estaba feliz. Le habían otorgado una de las casas recién construidas en el barrio. Sin embargo, esto también le trajo pagos inesperados. Pidió un préstamo personal, pero el banco se lo negó por no tener recibo de sueldo. Entonces fue al prestamista del barrio, pero se arrepintió muchísimo. Los intereses eran usurarios. Se sentía amenazada si no pagaba. La gente más pobre paga más caro por los servicios financieros y corre grandes riesgos por acceder a estos en la economía informal. Cuando acceden a servicios, como cuentas bancarias, también corren riesgos y sufren hechos de inseguridad, por ejemplo al sacar toda la plata junta y solo manejar efectivo. Esto sucede porque los cajeros están lejos,  y como resultado las personas tienen que invertir demasiado tiempo y dinero en llegar. Por otra parte, muchos comercios no aceptan tarjetas de débito.  Juana también necesitaba plata extra para pagar unas deudas, la consiguió gracias a una asociación de crédito rotativa liderada por una mujer del barrio. Un tercer vecino, Felipe, se las arregló para mostrar que regularmente cumplia con sus deudas de servicios en un centro de pagos, y  logró acceder un crédito de un banco a menor costo, incluso sin tener un recibo de sueldo.

Las historias de Carolina, Juana y Felipe fueron compartidas por distintos informantes clave y organizaciones del sector financiero que entrevistamos para aprender más sobre inclusión financiera y  mapear sus actores. Aprendimos que hay un parteaguas entre las finanzas informales y las formales. Algunas personas eligen las finanzas informales por cuestiones ideológicas. Al mismo tiempo los expertos sugieren que las personas en los barrios pueden combinar herramientas formales con informales, como por ejemplo pedir un crédito en una asociación de ahorro y al mismo tiempo usar la tarjeta de la AUH para comprar en su barrio. Otro hallazgo es que existe una brecha entre posesión y uso de cuentas bancarias, que muchas veces no es capturada por los indicadores estándar sobre este tema, por ejemplo los que desarrolla el Banco Mundial. Alrededor de un 80% de las personas posee una cuenta bancaria en la Argentina, pero muchos no lo saben, aun usando la tarjeta de débito declaran no tener cuenta. Paradojalmente, las 1.25 tarjetas de débitos por persona son poco usadas. Argentina es uno de los países con menor operaciones por persona por año con las mismas (ENIF 2019). Por otra parte, los créditos son cruciales para acceder a la vivienda y para uso productivo, sin embargo en estos representan solo el 15% del PBI, el porcentaje más bajo de América Latina.

El sector Fintech también tiene su voz en la inclusión financiera. Las nuevas tecnologías ayudan a las personas a construir nuevos mercados dentro de sus barrios. En la medida que en la Argentina hay más de un smartphone por persona esto puede ser una oportunidad para mejorar el financiamiento y la inclusión financiera digital. Pero otros problemas son la falta de acceso a internet y el alto costo de los datos de los celulares (plus muchos servicios son prepagos). Detrás de esto está la falta de educación digital. Más generalmente, la infraestructura para usar estas herramientas, como billeteras virtuales, es todavía insuficiente. De acuerdo a los informantes, el modelo de negocios de la industria fintech no es compatible con el trabajo con la gente en situación de vulnerabilidad.  Este modelo usa prototipos que mejora gracias a la prueba y error de mínimos productos viables. Sin embargo, cuando de las finanzas de las personas en los barrios populares se trata, hay  solo una oportunidad, si falla (desarrollar una app o una billetera digital) la gente pierde su confianza (¡y su dinero!) y no hay segundas chances. Las app financieras pueden plantear problemas de privacidad y los marcos legales son inadecuados para proteger a los usuarios. Todas estas son barreras adicionales para el desarrollo de estas herramientas de inclusión financiera digital.

¿Por qué la inclusión financiera sería un tema afín con el Laboratorio de Aceleración del PNUD?  Primero porque es un desafío de frontera que nos invita a pensar una solución no convencional. Y, de acuerdo a nuestra exploración, la innovación puede surgir de los lugares menos pensados. Los pagos regulares en ventanas de pagos no bancarias pueden ser prueba de historial financiero. En el otro extremo, soluciones hitech como el uso de blockchain son usadas con el mismo destino. Las tecnologías georeferenciadas (GIS) pueden ayudar a trackear la propiedad de comercios. Si una persona tiene como ubicación la peluquería del barrio unas 40 hrs. a la semana, lo más es probable que sea su dueña, y esto puede actividad laboral para los récords financieros.

La inclusión financiera es un problema transversal a las diferentes líneas de trabajo del PNUD. Las herramientas financieras son cruciales para el desarrollo de acuerdo al UNCDF solo los ahorros contribuyen a una mayor resiliencia, ingreso, seguridad, control y privacidad a menor stress, mejores servicios y a un consumo mejor planeado. Tiene que ver con género, educación, inclusión, ciudades sostenibles, el acceso a servicios básicos como aguas y energías renovables entre otros. En concreto contribuye a los objetivos del desarrollo sostenible 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 11.

Fuente: UNCDF disponible en https://impactpathways.uncdf.org/

La inclusión financiera nos ayuda a trabajar a través de los silos de la oficina de país, y también nos permite promover la colaboración dentro la red de los Laboratorios de Aceleración. En distintos países, sus miembros están pensando o trabajando este tema. Por ejemplo, Ecuador está trabajando con grupos de ahorro de mujeres rurales. En Somalia y Zimbabwe las personas usan tecnologías pero no acceden a los bancos y si acceden no confían en estos. En Etiopía la gente casi solo usa efectivo, sin recurrir a  nuevas tecnologías.

Terminamos nuestra inmersión en el problema, mapeamos sus temas y actores, y estamos ansiosos por ir a campo para mapear las soluciones y diseñar nuestros experimentos. ¡Los mantenemos al tanto de nuestros progresos!