Se empieza por casa: las primeras semanas del Lab en Argentina

19 de Noviembre de 2019

"Más allá de sus particularidades, este ejercicio nos permitió reconocer los vínculos estratégicos del PNUD Argentina con el sector público, privado, academia y organizaciones de la sociedad civil". Foto: CreativeCommons

Por María Verónica Moreno - Jefa de Mapeo de Soluciones - LabPNUDArg

  @mveronicamoreno


Los integrantes del Lab del PNUD Argentina comenzamos explorando nuestro territorio más cercano: la oficina de país.

Lo hicimos teniendo presente que nuestra misión es propiciar enfoques radicalmente distintos para abordar la velocidad, dinámicas y complejidad de los desafíos actuales, capaz de favorecer intervenciones más rápidas, efectivas y escalables. ¿Les parece un desafío ambicioso? Sí, a nosotros también. Por suerte, no vamos a trabajar solos. Lo haremos en red.

¿Cómo empezamos a abordar este reto?  Estudiamos un mapa existente de iniciativas innovadoras, desarrolladas por PNUD Argentina, y encontramos hallazgos interesantes. La oficina ya venía implementando proyectos con un abordaje integral y complejo, basados en la cercanía territorial, los diagnósticos participativos y la co-creación, etc. Incluso, muchas intervenciones partían de la valoración de los saberes tradicionales de las propias comunidades implicadas. Buenos indicios: llegamos a un terreno fértil para la innovación.

Sin embargo, emergen múltiples interrogantes. ¿Qué debe hacer el Lab para contribuir al ecosistema de innovación en un país como Argentina? ¿Qué significa moldear el Lab a la realidad local en un país tan extenso y diverso? ¿Sobre qué temas deberíamos focalizar nuestra atención? ¿Cuál será el alcance de las intervenciones?

Para no quedarnos congelados ante tanta incertidumbre, empezamos a tener encuentros con nuestros colegas, quienes se mostraron predispuestos a conversar sobre su trabajo y compartir sus experiencias. Teníamos que comprender sus líneas de acción, modalidades y lógicas específicas como así también sus expectativas y advertencias en torno al Lab.

Nuestra exploración se concentró en las áreas de: Desarrollo Inclusivo , Gobernabilidad Democrática , Ambiente y Desarrollo Sostenible , Género , Desarrollo Humano, Pacto Global, Inversión de Impacto, Programas de Pequeñas Donaciones, y Comunicaciones.

A cada encuentro llevamos una idea o actividad para reflexionar sobre qué significa pensar distinto.

Más allá de sus particularidades, este ejercicio nos permitió reconocer los vínculos estratégicos del PNUD Argentina con el sector público, privado, academia y organizaciones de la sociedad civil. Además, nos devolvió nuevos interrogantes sobre el Lab. ¿Cómo nos proponemos trabajar? ¿Cómo aportaremos a las líneas de acción existentes? ¿Cómo nos integraremos en una oficina tan grande como la nuestra? Evidentemente ambos lados teníamos muchas preguntas.

Nuestros compañeros esperan que podamos: mapear soluciones, compartir conocimiento, registrar el proceso de aprendizaje, promover posibilidades fuera de la “zona de confort” y favorecer un espacio dinámico de trabajo. Clarísimo. Tenemos que estar a la altura de sus expectativas.

También nos recomiendan que evitemos: subestimar las capacidades del Estado, actuar de manera solitaria, duplicar o yuxtaponer el trabajo existente, temer el fracaso o caer en la burocracia. ¡Qué alivio! Coincidíamos sobre estas advertencias.

Esta inmersión nos posibilitó la identificación de desafíos y oportunidades emergentes, asociados a la pobreza y la inequidad como al cambio climático y las ciudades sostenibles.
También nos permitió reflexionar sobre cuál será nuestro posicionamiento estratégico: queremos ser un Lab que se centre en las personas y entregue soluciones —que funcionen— capaces de incidir en su calidad de vida. Para lograrlo, buscaremos recuperar las iniciativas surgidas desde la base.

Un dato no menor fue que, a través de este proceso, comenzamos a aprender el lenguaje del PNUD. Idioma que está lleno de siglas que, en un principio, obstaculizaban la comunicación. Sin embargo, lo vamos incorporando paulatinamente y esperamos ser fluidos en el mediano plazo.

En definitiva, estas primeras semanas —donde todo fue nuevo (equipo, organización, metodologías, términos y procedimientos)— representaron un gran paso en el proceso de aprendizaje del Lab y demostraron la importancia de avanzar con una actitud abierta, que permita la escucha activa, el intercambio de ideas y la voluntad de seguir aprendiendo del punto de vista de los demás.

Todavía queda mucho camino por recorrer y estamos deseosos de adentrarnos —con nuestras herramientas para la exploración, el mapeo y la experimentación—en nuevos territorios para identificar qué funciona para mejorar el bienestar de las personas. Nos dirigimos hacia la próxima etapa sabiendo que nuevas lecciones están por venir.