Revalorización de los bosques de algarrobo en el Bolsón de Fiambalá

12 de Abril de 2018

El jueves 22 y el viernes 23 de marzo, en la localidad catamarqueña de Tatón, se realizaron las jornadas de “Formación en la elaboración, agregado de valor y comercialización de harina de algarroba”. La actividad, organizada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación a través del Proyecto de Manejo Sustentable de Tierras del NOA y Cuyo y de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Catamarca, contó con la participación de 36 mujeres y varones de las comunidades del Bolsón de Fiambalá.

El encuentro, que se realizó en Salón del Club Los Andes, tuvo el objetivo de capacitar a los pobladores de la zona en el uso, elaboración y comercialización de harina de algarroba y productos alimenticios derivados. Asimismo, se procuró generar conciencia acerca de la importancia de proteger las especies nativas y los bosques para evitar la degradación de la tierra, con el fin de lograr una producción sostenible en los diferentes sistemas productivos.

En el Bolsón de Fiambalá, son muy característicos los parches de bosques degradados de Prosopis flexuosa (algarrobo) que se extienden de manera discontinua a lo largo del río, abarcando una superficie de 12.680 ha. Forman parte del patrimonio natural y cultural de la región y tienen una importancia significativa en la dinámica hídrica del río Abaucán, la biodiversidad y la protección del suelo.

El algarrobo aporta distintos beneficios al ambiente: cobertura del suelo, incorporación de nitrógeno del aire y producción de materia orgánica. Además, es la principal fuente de madera en la región, y sus frutos pueden aprovecharse para la elaboración de productos alimenticios para las personas y forraje para los animales.

“Nos han enseñado sobre todo el valor del algarrobo, sus propiedades nutritivas, las cosas que se pueden hacer, cómo podemos utilizar la harina”, explicó Mercedes Perea, productora de Anillaco. “Tenemos que concientizarnos de no talar el algarrobo, cuidarlo, porque nos da muchas cosas, hasta el abono para las plantas. Muchas cosas buenas ”, agregó.

La actividad contó con la presencia de Marcos Fabián, consultor ecorregional Monte de Sierras y Bolsones del Proyecto MST NOA Cuyo, mientras que la capacitación estuvo a cargo de Patricia Cortez, ingeniera agrónoma del INTA Tinogasta, y de la nutricionista Antonella Bustamante.

En Catamarca, en el Bolsón de Fiambalá, se encuentra uno de los tres SEI del Proyecto MST NOA Cuyo, iniciativa que cuenta con el apoyo del PNUD, que es implementada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (MAyDS) y financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM, GEF su sigla en inglés).

El Proyecto -que comprende las provincias de Catamarca, Tucumán, La Rioja, Jujuy, Salta, Mendoza, San Juan y San Luis- busca mantener y mejorar los servicios de los ecosistemas, para sostener las formas de vida de las comunidades rurales y reducir la presión sobre los recursos naturales por los usos de la tierra.